ANIMAL DE COSTUMBRES
Soy un buen animal de costumbres
que hurga bajo la piel
y que gusta lastimarse
soy aquello que sigue tu sombra
y que se guarda ante tus palabras
que siempre dicen otras verdades
a veces imperceptibles
a veces claras y diafanas
soy en buena medida el eco de tu actuar
las formulas del futuro
para seguir a flote
y no encallaren el fragor de la conquista
olvide lo que tanto costo aprender
como una resta y una division
alli encontre tambien el triunfo
sin embargo ningun premio ha sido tan caro
soy un animal de costumbres
que se envuelve en las generalidades
vagando con los ojos bien puestos en lo cercano,
y con el dolor a flor de piel
MI HISTORIA
El noticiero matutino
la prensa escrita
los heraldos
los textos sagrados
los eruditos
los viejos y nuevos gurus
el sentido comun
todos coinciden...
La luz con que te miro
el primer pie bajo la cama
un cuerpo bajo la sabana
su calor
el abandono
la certeza de esa presencia
lo incuestionable de tu compania
todo coincide...
Solo si lo encontraras
podriamos nuevamente coincidir
en este juego con tablero de papel
pero si no fuera asi
y que en la busqueda distraida
de un dia cualquiera
estas palabras se traspapelaran
entre los pliegues de lo que nunca fue
de lo que no llego a buen recaudo
me gustaria dejar en firme
que eres mi historia
lo que deseo contar
lo que me toco vivir
lo que planeo rectificar
mi historia
para contarla,
para escribirla,
para amarla:
para contarte,
para escribirte,
para amarte...
Friday, October 9, 2009
Thursday, October 8, 2009
Los Filos del Deseo.
La daga del deseo abre la carne;
un filo hiere al placer,
el otro desgarra el dolor.
POEMAS GOZOSOS
I
Tu piel de luz
escurre entre mis dedos,
cauda que hiere el infinito.
Tu lado oscuro
enciende mis deseos.
Cada vez
que me estrechan
tus brazos de luna,
mis labios siembran
constelaciones en tu pecho.
II
Me gusta navegar
en la claridad de tus ojos,
justo en el instante
en que estalla la noche.
Buscar el oriente
de tu sexo,
herir las llanuras
argentadas
donde gotea el temblor
de mis besos,
ahí donde se funden
tu deseo y el mío.
Seguir el viento
que bordea,
los blancos arrecifes
de tus senos
y alcanzar entre tus muslos
ese lugar preciso
donde rompe la ola.
III
La noche de mi habitación
se inunda
del color de tu luz.
El silencio muerde el aire,
la piel se estremece,
las lenguas arremeten
en húmeda esgrima.
Deambulan
necios mis dedos
en el calor de tu carne.
El lecho florece
de suspiros
y tus labios
devoran los míos,
mientras tu abrazo
amanece.
IV
De noche espero,
que la marejada
me cubra con tu aliento,
que me arrastren
las corrientes marinas
de tu sexo,
que los vientos alisios
tensen las velas de mi carne,
que la luna carmesí
roce tu vientre con su brillo,
que mis besos dejen,
huellas de espuma
en las olas de tu piel,
que el vuelo
de un albatros ciego,
descienda en los corales
de tu pecho,
que el temblor de tus labios,
cimbre el litoral
rocoso de mi cuerpo.
De noche espero,
de noche,
de noche.
V
Eres noche que sacia
mis dolientes apetitos,
lienzo de piel
mojado de saliva,
fragmento de cielo vivo
roce incandescente
que fluye en mis entrañas,
poros infinitos
de ávidos deseos,
murmullo
de labios doloridos,
abismo que escalo
con mis besos,
suave,
tibia herida
que abriga
las ansias de mi sexo.
VI
Mis besos rojos navegan
el marfilado temblor de tu cuerpo,
hambrientos se sacian
con el marino sabor de tu seno
y acarician
tus muslos de sándalo.
Mis besos rojos plantan
murmullos en tu cuello,
sus raíces se extienden,
penetran,
tu deseo.
Mis besos rojos,
muerden tus besos
que me muerden
y beben tu saliva
acanelada.
Mis besos,
mariposa exhausta,
liban
la miel de tu sexo.
POEMAS DOLOROSOS
VII
Como luz negra,
líquida la rabia
muerde las entrañas,
mis manos arden
temblorosas de ausencia,
urgidas del sabor de tu piel,
ansiosas de hallar
entre las sombras,
el latir de tu sexo
y el aire devora
el grito adolorido,
la caricia incierta,
mi deseo en llamas.
VIII
Mis labios buscan
en la noche
tu olor marino,
hurgan en las sombras
los recuerdos de tu sexo,
se deslizan en el aire
y besan
el lugar imaginario
donde estuvo
el contorno de tu seno.
Mis manos buscan
el temblor de tu cuerpo
y sólo atrapan
el bruñido vacío,
soledad incandescente
de piel en llamas
que consume mi deseo.
IX
Por qué las horas
permanecen eternas,
irremediablemente
atrapadas,
cual fragmentos de tiempo
habitando mi alcoba,
mientras tu ausencia
se torna dura,
violentamente rasposa
y desciende la garganta,
zarpa fría
que hiende la carne
y se enquista,
en esos lugares
donde me dueles,
nostalgia moribunda
que resuena aterida
en mi sexo enfebrecido.
X
La nostalgia anida
absorta en los escombros,
brutalmente
se retuerce,
avanza,
toca ese recuerdo de ti
que sangra mis entrañas,
se adhiere a la piel,
la inunda.
La nostalgia duele,
de aromas perdidos
en mi lecho,
llaga las manos
con vacío
y su estruendo
reprime,
el pulso incesante
de mi sexo.
XI
Astillas de uñas
encarnan los muros,
muros que retienen soledades,
soledades de vómito amarillo,
amarillo de noche interrumpida,
noche asediada de recuerdos,
recuerdos diamantados con tu nombre,
tu nombre, mancha de sangre,
sangre humedeciéndome los dedos,
dedos que añoran
la desnudez de tu vientre.
XII
El corazón yace arrinconado.
Mis labios recorren
la línea imaginaria de tu cuerpo,
buscan sorprendidos
el rastro de tu sexo.
Las manos abrazan
el ardiente vacío
y caen marchitas
mis caricias,
en la nostalgia de tu pelo.
Mi angustia
se convierte en grito,
el deseo se revuelve,
forcejea,
alevoso hunde su filo
y renace implacable
el dolor embravecido.
RALO
un filo hiere al placer,
el otro desgarra el dolor.
POEMAS GOZOSOS
I
Tu piel de luz
escurre entre mis dedos,
cauda que hiere el infinito.
Tu lado oscuro
enciende mis deseos.
Cada vez
que me estrechan
tus brazos de luna,
mis labios siembran
constelaciones en tu pecho.
II
Me gusta navegar
en la claridad de tus ojos,
justo en el instante
en que estalla la noche.
Buscar el oriente
de tu sexo,
herir las llanuras
argentadas
donde gotea el temblor
de mis besos,
ahí donde se funden
tu deseo y el mío.
Seguir el viento
que bordea,
los blancos arrecifes
de tus senos
y alcanzar entre tus muslos
ese lugar preciso
donde rompe la ola.
III
La noche de mi habitación
se inunda
del color de tu luz.
El silencio muerde el aire,
la piel se estremece,
las lenguas arremeten
en húmeda esgrima.
Deambulan
necios mis dedos
en el calor de tu carne.
El lecho florece
de suspiros
y tus labios
devoran los míos,
mientras tu abrazo
amanece.
IV
De noche espero,
que la marejada
me cubra con tu aliento,
que me arrastren
las corrientes marinas
de tu sexo,
que los vientos alisios
tensen las velas de mi carne,
que la luna carmesí
roce tu vientre con su brillo,
que mis besos dejen,
huellas de espuma
en las olas de tu piel,
que el vuelo
de un albatros ciego,
descienda en los corales
de tu pecho,
que el temblor de tus labios,
cimbre el litoral
rocoso de mi cuerpo.
De noche espero,
de noche,
de noche.
V
Eres noche que sacia
mis dolientes apetitos,
lienzo de piel
mojado de saliva,
fragmento de cielo vivo
roce incandescente
que fluye en mis entrañas,
poros infinitos
de ávidos deseos,
murmullo
de labios doloridos,
abismo que escalo
con mis besos,
suave,
tibia herida
que abriga
las ansias de mi sexo.
VI
Mis besos rojos navegan
el marfilado temblor de tu cuerpo,
hambrientos se sacian
con el marino sabor de tu seno
y acarician
tus muslos de sándalo.
Mis besos rojos plantan
murmullos en tu cuello,
sus raíces se extienden,
penetran,
tu deseo.
Mis besos rojos,
muerden tus besos
que me muerden
y beben tu saliva
acanelada.
Mis besos,
mariposa exhausta,
liban
la miel de tu sexo.
POEMAS DOLOROSOS
VII
Como luz negra,
líquida la rabia
muerde las entrañas,
mis manos arden
temblorosas de ausencia,
urgidas del sabor de tu piel,
ansiosas de hallar
entre las sombras,
el latir de tu sexo
y el aire devora
el grito adolorido,
la caricia incierta,
mi deseo en llamas.
VIII
Mis labios buscan
en la noche
tu olor marino,
hurgan en las sombras
los recuerdos de tu sexo,
se deslizan en el aire
y besan
el lugar imaginario
donde estuvo
el contorno de tu seno.
Mis manos buscan
el temblor de tu cuerpo
y sólo atrapan
el bruñido vacío,
soledad incandescente
de piel en llamas
que consume mi deseo.
IX
Por qué las horas
permanecen eternas,
irremediablemente
atrapadas,
cual fragmentos de tiempo
habitando mi alcoba,
mientras tu ausencia
se torna dura,
violentamente rasposa
y desciende la garganta,
zarpa fría
que hiende la carne
y se enquista,
en esos lugares
donde me dueles,
nostalgia moribunda
que resuena aterida
en mi sexo enfebrecido.
X
La nostalgia anida
absorta en los escombros,
brutalmente
se retuerce,
avanza,
toca ese recuerdo de ti
que sangra mis entrañas,
se adhiere a la piel,
la inunda.
La nostalgia duele,
de aromas perdidos
en mi lecho,
llaga las manos
con vacío
y su estruendo
reprime,
el pulso incesante
de mi sexo.
XI
Astillas de uñas
encarnan los muros,
muros que retienen soledades,
soledades de vómito amarillo,
amarillo de noche interrumpida,
noche asediada de recuerdos,
recuerdos diamantados con tu nombre,
tu nombre, mancha de sangre,
sangre humedeciéndome los dedos,
dedos que añoran
la desnudez de tu vientre.
XII
El corazón yace arrinconado.
Mis labios recorren
la línea imaginaria de tu cuerpo,
buscan sorprendidos
el rastro de tu sexo.
Las manos abrazan
el ardiente vacío
y caen marchitas
mis caricias,
en la nostalgia de tu pelo.
Mi angustia
se convierte en grito,
el deseo se revuelve,
forcejea,
alevoso hunde su filo
y renace implacable
el dolor embravecido.
RALO
Tuesday, August 18, 2009
PÁJARO NEGRO
De tus manos escapa
el ave que se va con el rumbo de los vientos,
a donde duermen tempestades, que nacen lluvias,
para mojar con ellas, la noche que se hizo a la orilla de los caminos,
donde mis labios se llenaron de tí,
donde mi amor echó raices ,
y me hizo olvidar que aún esperaba,
abriendome una herida
en la carne viva de los sueños.
Y corté la hiedra
bajo la sombra misma de tu recuerdo,
haciendo que en los cielos
anidaran los pájaros que dejaste ir,
y me dí un destino y otra casa
para buscar refugio
y llenarme con los sorbos de tu vida,
cuando en aquel entonces creía encontrar,
cuando ni siquiera buscaba.
Y empedré con llanto
las calles de tu olvido
para que tu adiós
lo arrastrara el paso de otras tormentas,
y para que tus
pajaros negros, ya sin alas,
jamás volvieran a surcar mis noches
ni a robarme la paz, ni semilla, ni grano alguno.
el ave que se va con el rumbo de los vientos,
a donde duermen tempestades, que nacen lluvias,
para mojar con ellas, la noche que se hizo a la orilla de los caminos,
donde mis labios se llenaron de tí,
donde mi amor echó raices ,
y me hizo olvidar que aún esperaba,
abriendome una herida
en la carne viva de los sueños.
Y corté la hiedra
bajo la sombra misma de tu recuerdo,
haciendo que en los cielos
anidaran los pájaros que dejaste ir,
y me dí un destino y otra casa
para buscar refugio
y llenarme con los sorbos de tu vida,
cuando en aquel entonces creía encontrar,
cuando ni siquiera buscaba.
Y empedré con llanto
las calles de tu olvido
para que tu adiós
lo arrastrara el paso de otras tormentas,
y para que tus
pajaros negros, ya sin alas,
jamás volvieran a surcar mis noches
ni a robarme la paz, ni semilla, ni grano alguno.
Preguntas
De todas mis preguntas,
de todas mis respuestas,
¿Habra alguna en la que no hayas estado?
A veces recuerdo el mar
y entonces sé de una calma
que solo a el pertenece,
y aunque me volviera arena
para ceñirlo,
lluvia para alimentarlo,
nada tendria sentido,
que en los abrazos
que llenan mis noches, no está el mar
ni tampoco las tormentas,
ni el alimento que nutre al mar y que me nutre;
en esas tormentas
cayendo por la inexpicable gravedad de lo eterno,
en esas arenas,
en esos abrazos y en cada una de las noches
estas tú, sin razon y sin porqué,
más adentro que cualquier palabra
siguiendo tus pasos para poder ver con tus ojos
y para hablarte aunque no estes presente,
porque al final de todas los tiempos y de todas las tardanzas
estaremos en el mismo lugar
de antiguos sueños y de nuevos letargos,
y en los rostros que nos vieron pasar
aunque no descubrieron el nuestro ,
porque sus miradas se volvieron sal
mientras las mojaba la lluvia
de todos los encuentros.
A veces recuerdo el relato de los dias
que te dieron una barca sin destino
y el muelle donde tanto tiempo esperaste,
como una costumbre en la que se nos fue llendo la vida
y al final, de ese otro final, que por ahora no vislumbramos,
asomó la verdadera cara de la muerte, anidada
en nuestras soledades
durmiendo bajo el mismo techo y
aprisionada por el mismo puño.
Aún más solos de lo que siempre estuvimos.
Es por eso que la muerte se espanta
cuando ve a dos enamorados viendose a los ojos,
hablandose sin palabras,
tendiendo lazos
mas alla de lo que un dia envejece,
de lo un dia se va.
Es por eso que te busqué en
ese mas alla que esta en el corazón,
en donde no se esconden las palabras.
Es por eso que te busqué en los sueños
que inventando la vida
le abren un surco.
Hawkmoon
de todas mis respuestas,
¿Habra alguna en la que no hayas estado?
A veces recuerdo el mar
y entonces sé de una calma
que solo a el pertenece,
y aunque me volviera arena
para ceñirlo,
lluvia para alimentarlo,
nada tendria sentido,
que en los abrazos
que llenan mis noches, no está el mar
ni tampoco las tormentas,
ni el alimento que nutre al mar y que me nutre;
en esas tormentas
cayendo por la inexpicable gravedad de lo eterno,
en esas arenas,
en esos abrazos y en cada una de las noches
estas tú, sin razon y sin porqué,
más adentro que cualquier palabra
siguiendo tus pasos para poder ver con tus ojos
y para hablarte aunque no estes presente,
porque al final de todas los tiempos y de todas las tardanzas
estaremos en el mismo lugar
de antiguos sueños y de nuevos letargos,
y en los rostros que nos vieron pasar
aunque no descubrieron el nuestro ,
porque sus miradas se volvieron sal
mientras las mojaba la lluvia
de todos los encuentros.
A veces recuerdo el relato de los dias
que te dieron una barca sin destino
y el muelle donde tanto tiempo esperaste,
como una costumbre en la que se nos fue llendo la vida
y al final, de ese otro final, que por ahora no vislumbramos,
asomó la verdadera cara de la muerte, anidada
en nuestras soledades
durmiendo bajo el mismo techo y
aprisionada por el mismo puño.
Aún más solos de lo que siempre estuvimos.
Es por eso que la muerte se espanta
cuando ve a dos enamorados viendose a los ojos,
hablandose sin palabras,
tendiendo lazos
mas alla de lo que un dia envejece,
de lo un dia se va.
Es por eso que te busqué en
ese mas alla que esta en el corazón,
en donde no se esconden las palabras.
Es por eso que te busqué en los sueños
que inventando la vida
le abren un surco.
Hawkmoon
El antes
¿Crees en el destino?,
¿En la fortuna?,
¿En el azar?
hablo de todos esos dias
acumulados en la memoria
cuando duendes y hadas
nos llevaban de la mano
por entre las calles vacias
cuando no habia pecados
y podiamos prescindir
el uno del otro por no llevarnos
en el pensamiento
por no estar el uno en el otro
cuando el agua sin reposo
de nuestros miedos
aún tenia para si
un despertar y otra mañana
y hablabámos
y creíamos
y soñabamos
todo lo que habriamos inventado
si no hubiese el si acaso
o el quizá
y hubiese tenido al menos
una moneda para pagar
mi presencia
en el último rincón de tu vida.
¿Crees en el infierno?
¿En los relojes que lentamente
construyen olvido?,
¿En los fantasmas que habitan
nuestros sueños?
crees en este navegar que me
lleva sin rumbo
aunque seas tú el pretexto
para ahuyentar el silencio y
traer sueños de nueva cuenta
para burlarme de mi mismo
al volver a descubrirme
llamando a otra puerta
conjurando tempestades
y apelando a otras conciencias
¿De nuevos mares?
¿De otros desiertos?
De los dias que llenamos
porque no pueden ser
de otra manera
a menos que entre tú y lo demás
brille siempre la luz
y hagas de tus pasos
nuevo sendero.
Hawkmoon
¿En la fortuna?,
¿En el azar?
hablo de todos esos dias
acumulados en la memoria
cuando duendes y hadas
nos llevaban de la mano
por entre las calles vacias
cuando no habia pecados
y podiamos prescindir
el uno del otro por no llevarnos
en el pensamiento
por no estar el uno en el otro
cuando el agua sin reposo
de nuestros miedos
aún tenia para si
un despertar y otra mañana
y hablabámos
y creíamos
y soñabamos
todo lo que habriamos inventado
si no hubiese el si acaso
o el quizá
y hubiese tenido al menos
una moneda para pagar
mi presencia
en el último rincón de tu vida.
¿Crees en el infierno?
¿En los relojes que lentamente
construyen olvido?,
¿En los fantasmas que habitan
nuestros sueños?
crees en este navegar que me
lleva sin rumbo
aunque seas tú el pretexto
para ahuyentar el silencio y
traer sueños de nueva cuenta
para burlarme de mi mismo
al volver a descubrirme
llamando a otra puerta
conjurando tempestades
y apelando a otras conciencias
¿De nuevos mares?
¿De otros desiertos?
De los dias que llenamos
porque no pueden ser
de otra manera
a menos que entre tú y lo demás
brille siempre la luz
y hagas de tus pasos
nuevo sendero.
Hawkmoon
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